Al concluir la presencia militar de Estados Unidos en Vietnam, tras la derrota y huida de su ejército el 30 de abril de 1975, Richie había contribuido indudablemente como un activista anti bélico desde el mismo corazón del imperio. Su trabajo en The Bond tuvo un rol importante en el proceso de toma de conciencia acerca del rol intervencionista del imperio estadounidense en Vietnam.
El 26 de marzo de 2010 a los 86 años de edad el soldado Fayette O. Richardson que luchó toda su vida por un mundo mejor, falleció en Brooklyn, Nueva York. Lo acompañaba su esposa Nancy y sus tres hijos. Aunque estuvo enfermo en buena parte de sus últimos años de vida, nunca dejó de combatir.
En esa época, entre 1987 y 1988, escribió comprometidos artículos en su columna “Straight Talk” en el periódico “The Brooklyn Paper” utilizando el nombre de Rich Richardson. En esos escritos, tal como lo hizo a lo largo de toda su vida, sostuvo puntos de vista muy avanzados en la sociedad que lo rodeaba, generando polémica y ayudando a clarificar hechos y situaciones.
También publicó un boletín de periódico llamado The Brooklyn Voice y el libro para niños “Sam Adams: The Boy Who Became Father of the American Revolution” (“Sam Adams: el niño que se convirtió en el padre de la revolución estadounidense”).
En 2006, en los prolegómenos de las elecciones en Nicaragua, Daniel Ortega se reunió varias veces con el presidente Hugo Chávez. En algunas de esas reuniones, el Comandante Ortega estuvo acompañado por Paul Oquist, un estadounidense nacido en Illinois quien desde muy joven unió su vida a la revolución sandinista transformándose en uno de los asesores más cercanos del Comandante Ortega.
El comandante Chávez disfrutaba mucho sus conversaciones con Oquist que hablaba un español con fuerte acento anglo. Lo comenzó a llamar el “Gringo Bueno” y así se refería a él cuando era necesario. Lamentablemente el Gringo Bueno falleció en abril de 2021. Casi en simultáneo con Oquist, Fayette O. Richardson desarrollaba su extraordinaria labor de denuncia del imperialismo a través de una pedagogía esclarecedora y valiente. Sin duda alguna podríamos decir que Richie fue otro gringo bueno.
Así como Buckner llevó el nombre de Simón Bolívar para combatir al lado del ejército estadounidense en la segunda guerra mundial, Fayette O. Richardson fue homónimo de otro general, un francés que se destacó como participante en la revolución de independencia estadounidense contra el colonialismo británico y en la revolución francesa de 1789. Por eso, el Marqués de La Fayette es llamado “Héroe de Dos Mundos”.
En momentos en que Estados Unidos arrecia su campaña agresiva contra Cuba, Venezuela y Nicaragua y en contra de todos los pueblos que luchan por su libertad, hay que saber que en las “entrañas del monstruo” como dijo Martí, hay muchas personas buenas que tienen el valor de enfrentar al imperialismo desde adentro. Por eso, nuestra lucha no es contra el pueblo estadounidense. Claramente, la primera víctima del imperio es el pueblo estadounidense en el que existen profundos sentimientos de humanidad y solidaridad, similares a los que asumimos al sur del Río Bravo en contra del imperialismo, el colonialismo y el sionismo.