Un total de 15 personas Ikoots fueron asesinadas con piedras, machetes y fuego en el municipio itsmeño. Habitantes solicitaron apoyo e intervención de los gobiernos federal y estatal para prevenir la escalada de violencia, pero no respondieron. Incluso, una vez consumada la masacre, las autoridades tardaron 24 horas en trasladarse al lugar. Habitantes acusan al presidente municipal de estar detrás de las agresiones