Independientemente de otras cuestiones en las que demócratas y republicanos puedan parecer discrepar tácticamente, ha habido un apoyo bipartidista inquebrantable a [una neocolonia] desde que se creó el Estado del apartheid en 1948. Incluso los pocos demócratas «progresistas» del Congreso, en su mayoría, no han ido más allá de pedir un alto el fuego en Gaza. Y son una pequeña minoría, que se hará más pequeña con las derrotas — orquestadas y financiadas por el Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos — de los actuales congresistas Jamaal Bowman y Cori Bush en las elecciones primarias demócratas.
Los esfuerzos para convencer al equipo Harris/Walz de que adopte una posición pro Palestina, o intentos similares para ejercer influencia en la plataforma del Partido Demócrata, tienen pocas o ninguna posibilidad de éxito a menos que vayan acompañados de luchas masivas.
Esto se debe a que tanto el Partido Demócrata como el Republicano son partidos políticos capitalistas y están al servicio del imperialismo estadounidense y de su principal aliado en Asia Occidental […]
Por supuesto, hay razones por las que millones de personas quieren que el ex presidente pro-fascista Donald Trump pierda en noviembre. Pero ahora mismo detener el genocidio en Palestina es la principal obligación de la clase obrera mundial, especialmente en EE.UU. Eso significa romper con el llamado «sistema bipartidista», fortalecer el movimiento pro Palestina y construir la solidaridad de clase internacional.